I
Hoy día la humanidad se ha olvidado
de invocarte, la clásica costumbre,
mas este fiel siervo la ha recordado.
¡Oh Musa! Ya en ti no buscan la lumbre
que les guíe el camino, largo y duro,
que lleva al artista a la nívea cumbre.
Ayúdame por el sendero oscuro,
¡oh bella Euterpe, la muy placentera!
contigo en verdad me siento seguro.
También tu hermana, que a todas supera,
¡oh gran Calíope, de bello rostro!
haz de mi historia una imperecedera.
Hoy día la humanidad se ha olvidado
de invocarte, la clásica costumbre,
mas este fiel siervo la ha recordado.
¡Oh Musa! Ya en ti no buscan la lumbre
que les guíe el camino, largo y duro,
que lleva al artista a la nívea cumbre.
Ayúdame por el sendero oscuro,
¡oh bella Euterpe, la muy placentera!
contigo en verdad me siento seguro.
También tu hermana, que a todas supera,
¡oh gran Calíope, de bello rostro!
haz de mi historia una imperecedera.
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