Antes de nada, me gustaría pedir disculpas por la gran cantidad de memeces juntas que puse antes. No niego que tal vez algo pudiera ser cierto, pero...eran cosas demasiado inconexas, confusas, raras y sin sentido. Aunque imagino que, en cualquier caso, esas palabras describen bastante bien el espíritu del Soul's Anthem
No importa, me siento motivado y quiero seguir escribiendo. Como habreis comprobado los que hayais seguido de una manera u otra la evolución de este Himno...casi siempre escribo cosas basándome en hechos reales, pero de manera que nadie se entere de cosas que no deba. Así pues, esto tiene dos grandes inconvenientes: por una parte, resulta casi un completo galimatías para alguien que no sepa de la situación -no obstante, es posible que le sirvan de algo las reflexiones. Por otra, las personas que la conocen ven como toda la historia es deformada y confundida entre las paranoias. Ya lo siento, de verdad, pero no espereis encontrar muchas más cosas por aquí. Puede que alguna vez escriba cosas más normales -iluso...-, pero, al menos de momento, la mayoría de los cantos seguirán esta línea.
Y de eso voy a hablar ahora: de seguir.
Seguir...continuar...en el fondo todo trata de lo mismo: levantarse. No volver a caer en la misma piedra. Limpiarse el polvo de la ropa y caminar mirando al horizonte. Esto se aplica a todo en la vida. Mas, como no, yo lo aplicaré a mi tema habitual.
De todos modos, un aviso: esta vez este canto no va dirigido. Quiero decir, tú -sabes a quien me refiero- no tienes que darte por aludida. Simplemente divago...
Sería una tentación habitual el tomar este "seguir" como "olvidar". Hay veces en las que esto es lo más recomendable, pero...estaba a punto de decir "generalmente". Soy tonto: en esto no puedo generalizar. No hay dos casos iguales. A veces "seguir" es "olvidar". Otra "seguir" es "retomar". Otras veces será "huír".
Qué...más da...¿por qué me voy tanto por las ramas? ¿Porque intento escribir como dando ejemplo de vida? Maldita sea, ¡solo quiero hablar de lo que siento, no enseñar!
Veamos...estos últimos días he aprendido mucho. Y mucho significa que he aprendido cosas que, aunque me servirán para toda la vida, hacen que ahora yo sea feliz. He aprendido que las palabras son palabras, que los nombres son nombres...¿no sabía yo ya eso? Creo que sí. Entonces, ¿qué he aprendido? Nada. Y aun he aprendido mucho. ¿Por qué? Sencilla es la respuesta: por fin he podido demostrar lo aprendido. La teoría se convirtió en práctica.
Esto me hizo feliz, porque parece que finalmente hemos llegado a una situación de normalidad y equilibrio, donde ambos somos felices. Sin paranoias, al menos demasiado importantes. Sin dolor, sin malos recuerdos, sin resentimiento.
Y os preguntareis, ¿qué siente kya? ¿Ama? ¿Quiere?
Y yo os responderé, ¿¡qué diablos importa!? Cambios mínimos para felicidad máxima. ¿A caso se podría pedir más?
No sé cuántas veces habré dicho derivados de "felicidad", pero tampoco me importa. Por primera vez la siento de verdad, no me quiteis la alegría de usarlo a gusto.
En todo esto solo hay un pequeño -¡pequeñísimo!- pero. Mas lo reservaré para el canto XI...
Sé que dije que esto hablaría de cómo escuchar a los demás...próximos escritos lo harán, lo prometo.
Est sularis oth mithas
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