martes, septiembre 04, 2007

Chant LXI: Death

El dolor derivado de la pérdida de algo importante suele ser como el martillo que golpe la espada en el yunque: es necesario para templar el arma.

A veces es gracias a la pérdida de ilusiones, condimento de la vida misma, que obtenemos una visión más universal.

Y, en ocasiones, es la Muerte misma la que nos da las lecciones:

-Hoy me lo he pasado muy bien-

-¿Así que te gusta que te encierren en un almacén y que los pirados te amenacen y...

-No. Eso no me ha gustado. Pero...forma parte del todo. Y ese todo está ahí. Y forma parte de la vida. Las partes buenas y las partes malas, las aburridas y las dolorosas...

-Vale. Ya lo entiendo. El todo. Vale. Qué profundo.

(...)

-Oh, fue maravilloso. Había mucha gente. Respiré y comí...e hice toda esa clase de cosas. Ojalá hubiera continuado eternamente. Ojalá no tuviera que acabar así...

-Siempre acaba. Eso es lo que le da valor. Cuando uno vive, aunque sea por un día...Bueno, solo hay una manera de dejar de vivir.

-Supongo que sí.

Tal vez algún día todos comprendamos porqué Muerte lleva el símbolo de la vida colgando de su 
cuello. Hasta ese día...I'm alive!

Est sularis oth mithas

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